Embalaje 2.0 el envase del futuro

El comercio electrónico supone una excelente herramienta para internacionalizar y sobreponerse al bajo consumo interno. Uno de los aspectos críticos en este punto es el envío de mercancías, donde el packaging juega un papel fundamental para que el producto llegue en perfectas condiciones.

Autor: Juan Alcaraz, jefe de proyectos de Sistemas de Envase y Embalaje de ITENE

Según un informe elaborado por Ecommerce Europe el 32% de la población española ha realizado alguna compra online en el último año, alcanzando los 15 millones de personas. Nos situamos así por encima de la media europea que se encuentra en un 30.5%. Si hablamos en términos económicos, en 2014 los españoles nos hemos gastado de media 604€ en compras por la Red mientras que en 2015 se espera que este desembolso aumente hasta los 658€, una minucia si nos comparamos con Reino Unido que gasta de media 1.413€.

Conociendo estos datos podríamos pensar que el ecommerce va a acabar con la tienda física y que tenemos que combatirlo. Pero, ¿y si le damos la vuelta a la tortilla?  Como todo en esta vida, los cambios favorecerán a unos y encrudecerán la situación de otros, pero sin cambios no hay avances, por lo que todas las transformaciones a priori son bienvenidas.

Hay un sector que se ha visto especialmente beneficiado por este incremento del comercio electrónico: el de envases y embalajes. Todo producto vendido de forma virtual tiene que ser transportado hasta su destinatario utilizando el embalaje adecuado, por lo que a la vez que crecen las compras online aumenta el número de embalajes empleados.

El reto al que se enfrenta la industria del envase y embalaje es desarrollar embalajes para el sistema de distribución asociado al e-commerce B2C, utilizando las herramientas de diseño de embalajes de protección adecuadas. Esta tendencia de crecimiento por incremento de compradores online se verá seguro reforzada por el incremento de empresas que vendan sus productos a través del B2C. Es decir, tanto por el crecimiento del número de compradores online como por el número de ofertantes online, el número de movimientos de productos por paquetería va a tener un previsible aumento.

Vibraciones, impactos y caídas en el embalaje

El ambiente de distribución de paquetería es bastante exigente. En él, vibraciones y especialmente impactos/caídas son los mayores riesgos y las mayores fuentes de daño. Hay productos frágiles, que además suelen ser los de mayor coste en la compra online, que están muy expuestos al riesgo por daños físicos producidos durante la distribución. En 2011 en España el 8% de los compradores online manifestó que había tenido algún problema con alguna compra. En el 22% de los casos el problema fue sencillamente que el producto había llegado estropeado, lo que sugiere un problema de infraembalado.

Pueden producirse roturas debidas a impactos, vibraciones del transporte o caídas. Es por ello de vital importancia embalar estos productos en sistemas de embalaje que puedan garantizar la integridad de los mismos, siempre equilibrando el nivel de protección y el coste del embalaje.

Las empresas de paquetería son conscientes de la importancia que tiene para el negocio de sus usuarios de e-commerce que los productos se embalen adecuadamente para que lleguen bien al cliente final. Por ello, ya muchas de dichas compañías, como las americanas UPS y FedEx, que incluyen en sus páginas web recomendaciones de embalado de diversa índole y ayuda práctica/real. Estas van, casi siempre, más dirigidas al usuario de paquetería individual/puntual que a los grandes usuarios que han creado el comercio online B2C.

Monitorizar los riesgos reales

Para poder diseñar un embalaje óptimo, conocer el ambiente de distribución en el que se va a mover el producto es esencial. Monitorizar lo que sucede (vibraciones, impactos, caídas, temperaturas, etc.) es una de las mejores opciones pues permite disponer de datos reales sobre el nivel de severidad.

El ambiente de distribución de paquetería ha sido estudiado en cierta medida en los últimos 30 años especialmente en EEUU, aunque los datos son relativamente escasos y cada vez más obsoletos (en relación al avance de la técnica de manutención y “sorting” de embalajes).

  • Singh y Voss (1992) midió el entorno de distribución de paquetería por tierra de UPS en USA.
  • Singh y Cheema (1996) midió el entorno de distribución next-day-air de UPS y FedEx en USA.
  • Singh et al. (2001) midió el entorno de distribución de paquetes de gran tamaño y gran peso por UPS en USA.
  • El entorno de distribución del second-day-air también fue medido en USA para paquetes de pequeño tamaño y bajo peso a través de FedEx. (Singh y Burgess, 2004).
  • En un reciente estudio se han comparado los entornos de distribución en USA de FedEx, UPS y DHL para paquetes de peso ligero y tamaño medio (Singh et al., 2006).
  • Manuel García-Romeu et al (2007) estudió de manera comparativa el ambiente de distribución de DHL y FedEx en envíos transoceánicos EEUU-España.

Normas de ensayo establecidas

Otra manera de establecer el nivel de severidad del ambiente de distribución de paquetería es emplear como referencia de dureza los ensayos definidos en las normas de ensayo específicas de “parcel service”. Es un modo menos eficiente que conocer los riesgos reales, debido al gran margen de seguridad que se suele utilizar, pero desde luego es mejor que no disponer de un objetivo de diseño.

Como conclusión, sería de gran interés para el desarrollo de embalajes optimizados para e-commerce realizar estudios más actualizados y completos. De hecho debieran ser las propias empresas de paquetería las que los promovieran sí la preocupación por la optimización de embalajes (no solo desde el punto de vista de protección sino de coste y de impacto ambiental) estuviera entre sus objetivos. Sería un gran servicio a sus clientes, tanto individuales como empresas.

Con los nuevos datos se podrían desarrollar nuevos estándares de ensayo más ajustados a la realidad del ambiente de distribución de paquetería, o al menos actualizar los niveles de severidad de los estándares existentes, que suelen estar sobredimensionadas para no tener problema alguno durante la manipulación y transporte, lo que puede provocar sobreembalado.