Envases activos e inteligentes para los alimentos

Los consumidores demandan, cada vez más, alimentos de alta calidad, en la que se incluyen aspectos relacionados con el valor nutricional, la experiencia sensorial y que sean alimentos seguros. Por lo que la fecha de caducidad de los productos y su estado es fundamental en la decisión de compra del consumidor.

Para responder a estos grandes retos de conservación y seguridad, el centro tecnológico ITENE ha conseguido crear un envase generador de atmósfera modificada para mantener el producto envasado –en este caso la carne de pollo- en unas condiciones de frescura idóneas en todo momento.

El proyecto Chickenpack, que ha contado con el apoyo del IVACE de la Generalitat Valenciana y los Fondos FEDER, también ha desarrollado un envase antimicrobiano para garantizar la seguridad microbiológica frente a la bacteria Campylobacter (la zoonosis más frecuentemente reportada a nivel europeo) de la carne fresca de pollo.

Entre las grandes ventajas que aportan estas tecnologías destacan:

  • La capacidad de conservar el producto sin necesidad de incorporar una mezcla de gases en el envasado. El envase genera su propia atmósfera protectora una vez está cerrado, lo que supone una ventaja especialmente en canales de venta al corte de producto fresco, donde es muy habitual el re-envasado sin atmósfera protectora.
  • La reducción de contaminaciones por Campylobacter, reduciéndose el coste económico de la campilobacteriosis sobre la productividad y los costes de atención sanitaria. Y principalmente, beneficia a las empresas, ya que significa una garantía adicional a las altas medidas de seguridad que en estos momentos existen en la industria.
  • Mayores tiempos de permanencia en los lineales de los canales de venta redundando en mayores oportunidades de venta y negocio.
  • Se reducen los costes originados de la gestión de residuos de producto envasado que ha caducado y existen menores exigencias a la cadena de transporte y distribución lo que se convierte en menores costes logísticos.

Pero es que además, mediante la etiqueta de frescura también desarrollada por ITENE se puede monitorizar el deterioro del producto. El indicador inteligente permite a la industria adaptarse a las tendencias de conservación y venta de productos alimentarios. Esta solución muestra el buen estado del producto durante todo el proceso y mediante un indicador visual –la etiqueta cambia de color– se puede identificar un alimento que ya no se encuentra en buen estado para su ingesta.