Gran formato en impresión digital

Parece mentira que hace escasos años fuese inimaginable hablar al mismo tiempo del mercado de la impresión en gran formato y de la impresión digital. Que a día de hoy esto sea posible y que la impresión digital se haya convertido en la opción predilecta del mercado de gran formato es un claro ejemplo de la evolución tecnológica que vive nuestro sector. Tanto, que ya es raro encontrar una imprenta que trabaje con el gran formato que no tenga una impresora por inyección de tinta entre sus equipos.

Aunque los sistemas de impresión digital se han extendido considerablemente entre los fabricantes de expositores, los impresores serigráficos, los fabricantes de rótulos y, cada vez más, los impresores litográficos offset, eso no ha significado el abandono total de las técnicas de producción analógicas. Lo que ha aportado la impresión digital al gran formato ‒complementado por los avances en el software y los materiales disponibles‒ es versatilidad y flexibilidad a todos los segmentos de la industria en los que la revolución digital ha abierto las puertas a los tirajes cortos, la producción de ejemplares sueltos, las versiones y los datos variables. A estos aspectos, se les puede añadir las ventajas ecológicas de una técnica que no emplea sustancias químicas tradicionales, aparte de la reducción de las mermas y otros beneficios como la producción justo a tiempo y a demanda para marcas y clientes finales.

Ventajas prácticas de la impresión digital en gran formato

Desde el punto de vista práctico, la impresión digital o por inyección de tinta en gran formato tiene la ventaja de que permite ofrecer plazos de entrega más cortos, entornos de producción mejores, logística más sencilla y flujos de trabajo integrales más eficaces. Además, existen también consideraciones económicas ‒como la reducción de inventario‒ que han contribuido a impulsar la inyección de tinta.

Así, en las últimas dos décadas, ha evolucionado mucho el modo en que se producen las aplicaciones consideradas de gran formato. De hecho, este cambio ha provocado que las impresoras de entre 1 y 5 metros de ancho hayan pasado de ser máquinas especiales a ser equipos de uso normal. En este tiempo, los fabricantes han sido testigos de la transformación de los requisitos de los clientes, que cada vez son más diversos.

Nichos de mercado y segmentos especiales

Pese a que el negocio de la impresión en gran formato sigue creciendo, se observa que los impresores no solo sirven al mercado más convencional, sino que también están penetrando en nuevos nichos de mercado y segmentos especiales en los que la tecnología digital puede producir trabajos que antes no podían realizarse. Las posibilidades de experimentar con la inyección de tinta y materiales distintos se han simplificado porque la preparación y los cambios de trabajos son más rápidos, el proceso de preimpresión es más sencillo y la producción de tirajes cortos y ejemplares sueltos es viable.

Asimismo, los impresores deben competir no solo con otros proveedores, sino también con otras empresas que empiezan a invertir en la tecnología digital. Estos negocios han optado por especializarse en un nicho de mercado en vez de presentarse simplemente como un proveedor más y así evitar competir únicamente en precio, que es lo que hacen muchos.

Sin embargo, la demanda de impresoras por inyección de tinta en gran formato continúa aumentando en todo el espectro digital, ya que las empresas quieren producir con mayor calidad, velocidad y fiabilidad.

Velocidad frente a versatilidad

¿La velocidad es algo fundamental entre los usuarios de impresoras de gran formato? La respuesta a esta pregunta clave difiere según el modelo de negocio y el tipo de demanda. La versatilidad es una de las ventajas clave de la inyección de tinta, y la diversificación suele ser el factor principal para ampliar los márgenes de beneficio. Por lo tanto, tener un flujo de trabajo efectivo es tan importante como la velocidad de la impresora, así que la inversión debe calcularse en función del volumen de producción diario, la diversidad y la variabilidad del trabajo.

Sabemos que muchos de los clientes usan nuestras impresoras para producir diversas clases de impresiones y en soportes distintos para atender las necesidades de sus propios clientes y para amortizar al máximo la inversión. Una misma impresora sirve para producir desde material de PLV hasta gráficos para vehículos, pasando por pancartas, autoadhesivos, etiquetas, revestimientos de paredes y expositores,Richard Barrow, responsable sénior de productos de impresión de rótulos en gran formato, Epson Europe.

Mike Horsten, director de marketing de Mimaki para la región EMEA, coincide: “Creo que la llave del éxito es tener una oferta variada. Prácticamente ya no existen impresores especializados solo en un tipo de producción. Ofrecer varias clases de productos impresos es la manera de ofrecer servicios integrales.”

La creatividad del fabricante de expositores o rótulos no es lo único que determina su flexibilidad. Esta también es posible gracias a tecnologías desarrolladas para minimizar el tiempo de inactividad en los cambios de trabajo y a la capacidad de producir aplicaciones correctas a la primera. Cada minuto que una máquina está sin producir merma la rentabilidad de la empresa, de ahí que los equipos modernos tengan en cuenta estos aspectos en lo relativo a la funcionalidad y el rendimiento.

Ventajas del flujo de trabajo integral

Las ventajas no proceden únicamente del diseño y la fabricación de la impresora. Cada vez es más importante que el flujo de trabajo sea completo y eficaz, y que haya integración con fases posteriores como el acabado en entornos de producción completa, los sistemas de gestión y planificación de recursos empresariales y la compatibilidad con el formato JDF, elementos que contribuyen a la contabilidad.

“Es bastante fácil calcular en qué medida una empresa puede incrementar la producción y la rentabilidad si imprime más trabajos en una máquina más grande y rápida», señala Ken Hanulec, vicepresidente de la división de soluciones de inyección de tinta de EFI. Sin embargo, a veces a las empresas se les pasa por alto que también pueden obtener mejores resultados con un flujo de trabajo mejor, cuando en realidad es una manera de ganar competitividad que hay que tener muy en cuenta.”

“Para un gran impresor que tenga varias máquinas, el flujo de trabajo es vital para sobrevivir en el mercado. Sin un buen sistema de gestión o un flujo de trabajo automático, la cantidad de trabajo acaba ahogando a la empresa a largo plazo. No obstante, tener un flujo de trabajo perfecto no es tan importante en el caso de una empresa pequeña que conoce a todos sus clientes,” Mike Horsten, director de marketing, Mimaki para la región EMEA.

En el segmento del gran formato, las impresoras de cualquier gama son capaces de producir cada vez más aplicaciones; en este contexto, la eficacia adquiere mayor relevancia. “El flujo de trabajo determina la eficacia de nuestras máquinas”, afirma Barrow. “Trabajamos de forma muy estrecha con los proveedores de software para asegurarnos de que la interacción entre el flujo de trabajo y la impresora sea lo más perfecta posible.”

Imprimir bien y a la primera

Paul Adriaensen, Agfa, está de acuerdo en que un buen flujo de trabajo es básico en el entorno de impresión actual: “Una producción adecuada significa que la máquina imprima bien a la primera y siempre, trabajo tras trabajo. El flujo de trabajo automatiza los archivos de entrada y el procesamiento de datos, la gestión del color, la configuración de la impresora y del acabado para evitar retrasos en el proceso de producción.”

Hoy en día, los usuarios de impresoras de gran formato pueden proceder de cualquier ámbito: diseñadores, antiguos especialistas en composición o reprografía, impresores serigráficos, fabricantes de rótulos y otros profesionales de este segmento. Sean quienes sean, tienen algo en común: todos los encargos deben producirse con la calidad necesaria, a un precio aceptable y a tiempo. No obstante, todo proveedor de servicios de impresión debe fijarse en los beneficios, no solo en los costes de producción. Así lo resume Horsten: “Todavía hay empresas que no calculan el coste de todo el flujo de trabajo antes de añadirle el margen. Si contabilizaran los costes del negocio entero, sabrían cuál es la rentabilidad de verdad de cada encargo realizado.”

En el segmento del gran formato, el crecimiento depende de numerosos factores: la tecnología empleada por los equipos y su fiabilidad, los costes de explotación, la diversificación en materia de aplicaciones y el equilibrio entre el volumen y la versatilidad de producir tiradas cortas y ejemplares sueltos. Aun así, la flexibilidad está demostrando ser un factor clave en las inversiones futuras: una misma impresora puede producir los volúmenes adecuados en un abanico amplio de materiales y aplicaciones.

“La diversidad es una de las razones por las que a los clientes les gusta usar nuestras impresoras híbridas planas/rotativas. Muchos de ellos necesitan poder imprimir el máximo número posible de trabajos diferentes, desde expositores en cartón ondulado hasta pancartas tradicionales,” Ken Hanulec, vicepresidente de la división de soluciones de inyección de tinta, EFI.

Desde la drupa de 2012, las tecnologías de inyección de tinta no han dejado de avanzar, con lanzamientos de tintas nuevas y máquinas más rápidas que incluyen manejo automático del material, secado por leds y opciones de impresión y corte optimizadas. En el ámbito químico, se han presentado tintas acuosas de secado UV, persiste el reto de las fórmulas con látex y siguen disponibles las opciones de tintas acuosas, de base disolvente y de secado UV, que muchos impresores continúan usando en su día a día.

Autora: Sophie Matthews-Paul