Sostenibilidad del sector de impresión, buenas prácticas

La sexta edición trienal de la Memoria de Sostenibilidad del Papel publicada por ASPAPEL es una clara apuesta del sector por la bicircularidad descarbonizada
Como novedad, en esta edición de la Memoria de Sostenibilidad han colaborado organizaciones y empresas de la cadena de valor del papel que aportan información sobre la situación, hitos principales y buenas prácticas en materia de sostenibilidad en sus respectivos ámbitos.

En los sectores de impresión y etiquetas, la Asociación Empresarial de la Comunicación Gráfica, neobis, colaboró ofreciendo datos sobre la gestión de las buenas prácticas que se llevan a cabo es ese subsector.

Un sector comprometido con la transición energética

Por su actividad, las empresas de impresión tienen un gran consumo energético que les ha supuesto un coste reputacional, cuando en realidad estas empresas han invertido muchos recursos para desarrollar métodos y tecnologías que reduzcan el impacto negativo en el medio ambiente y en la sociedad.

Han incorporado dentro de sus estrategias medidas para la minimización de huella de carbono a nivel producto y a nivel organización. Las medidas de eficiencia energética se han implantado desde oficinas y talleres hasta la maquinaria.

En línea con acuerdos multilaterales y estrategias nacionales, se han dado pasos para avanzar hacia la descarbonización mediante la instalación de placas solares y con la contratación de suministro energético 100% renovable.

Propuesta de valor atractiva y sostenible

Como el resto de las empresas de la cadena del papel, las empresas de impresión gráfica y etiquetas se enfrentan a una dificultad de atracción y retención de talento nuevo. Aunque es cierto que, de manera global, ha cambiado el perfil de la demanda de empleo tanto por las expectativas de las nuevas generaciones como por las necesidades que se crearon a partir de la pandemia, también se ha demostrado que las empresas pueden movilizar recursos para adaptarse a circunstancias disruptivas y adoptar medidas más flexibles.

Las tendencias en la evolución de la demanda de empleos muestran que se prefieren empleos que ofrezcan equilibrio entre la vida laboral y personal en empresas con propósitos ambientales y/o sociales. El sector ya ha evolucionado en criterios que los stakeholders consideran importantes, invirtiendo en la reducción de impactos de la actividad en el medio ambiente y en el aumento de medidas de seguridad para evitar accidentes laborales.

Se puede considerar un sector atractivo porque el cuidado de la naturaleza (específicamente de los bosques) es inherente a su crecimiento económico y a ello se suma que ofrecen una retribución interesante y reconocimiento profesional continuo.

La pandemia ha acelerado los procesos de cambio dentro de la empresa, han aumentado las medidas de conciliación y flexibilidad a través de toda la estructura organizacional y los puestos de trabajo han evolucionado con resultados positivos en el desempeño de las personas.

Aún queda lugar para la mejora de la sostenibilidad de los materiales auxiliares en los productos y en la tecnología, que se mantiene a través del firme compromiso con la innovación. Queda poner los esfuerzos para impulsar la diversidad generacional del sector.

Papel y cartón: productos sostenibles por excelencia

El papel y el cartón llevan en su ADN el concepto de economía circular, que se extiende por toda su cadena de valor. La misma actividad depende y promueve la buena gestión de los bosques a través de certificaciones de origen y de cadena de custodia.

La materia prima principal de los productos de papel y cartón es biodegradable y reciclable por naturaleza. Para el resto de los consumos de materiales auxiliares que se necesitan para la presentación del producto final, las empresas priorizan el uso de materiales que contengan menos contaminantes, como en el caso de las tintas. O cuando el mercado todavía no ofrece certificaciones de responsabilidad ambiental o social, se cuida trabajar con productos fabricados en zonas sin riesgo donde la legislación avala los orígenes responsables.

Por defecto, el sector del papel ofrece una amplia gama de productos certificados, lo cual le da una ventaja frente a otros productos ya que en los últimos años se ha potenciado la incorporación de criterios sostenibles en las compras de los clientes.

Además, se mantiene un compromiso con la innovación para utilizar y desarrollar materiales más respetuosos con el medio ambiente.


Memoria de Sostenibilidad del Papel

Nueva Memoria de Sostenibilidad del Papel: La apuesta sectorial por la bicircularidad descarbonizada

Descarbonización del proceso potenciando biomasa y biogás como combustible, ecogeneración con hidrógeno verde e integración de instalaciones de generación de electricidad renovables

En su sexta edición trienal, la Memoria de Sostenibilidad del Papel se estructura en torno a los cuatro ejes de actuación estratégicos del sector: gestión forestal sostenible, proceso productivo eficiente y responsable, generación de riqueza y contribución a la calidad de vida y liderazgo en recuperación y reciclaje. En esta nueva edición se ha ampliado el foco, con la colaboración de organizaciones y empresas de los distintos eslabones de la cadena de valor, para recoger las principales tendencias de sostenibilidad en sus respectivos ámbitos.
La Memoria de Sostenibilidad del Papel que publica ASPAPEL —en palabras de la presidenta de la asociación, Elisabet Alier— “refleja el compromiso del sector papelero con la economía circular y la descarbonización, un camino jalonado de logros y oportunidades como el uso de materia prima local, renovable y neutra en carbono; las muy altas tasas de reciclaje, o el haber logrado desacoplar las emisiones de carbono del crecimiento de la producción, así como el creciente proceso de sustitución de materiales que protagoniza el papel como alternativa a  productos  no renovables y no biodegradables”.
•Las emisiones de CO2 se han reducido un 25% con respecto a 2011, las de NOx un 52% y las de SOx un 86%
•Materias primas locales y renovables: el 97% de la madera y el 71% del papel para reciclar son de procedencia local y el resto de otros países UE
•Productos certificados que se reciclan masivamente: el 62% del papel ya es certificado y se recicla el 78% del papel que se consume

En neobis tienes a tu disposición los ejemplares que necesites


Memoria de Sostenibilidad ASPAPEL

El uso de materias primas locales, el crecimiento de la recogida de papel para reciclar, el importante impulso en la certificación forestal, el incremento en la valorización de los residuos del proceso y la alta implantación de los Sistema de Gestión Medioambiental son algunos de los aspectos más destacados del comportamiento ambiental del sector papelero español, recogidos en la Memoria de Sostenibilidad de la Industria del Papel, presentada hoy por ASPAPEL. “Somos un sector -afirmó Eduardo Querol, presidente de ASPAPEL- que está desarrollando hoy el modelo de consumo y producción sostenible, en el que mañana se basará toda la producción industrial”.

La memoria de sostenibilidad llega a su cuarta edición, que cubre el periodo 2011-2014, y sigue las recomendaciones de la nueva Guía G4 de GRI. ASPAPEL editó en 2005 la primera Memoria de Sostenibilidad del Papel, poniendo en marcha una iniciativa pionera en España. Ningún sector en su conjunto había hecho antes un ejercicio similar de transparencia. Para la determinación de los aspectos materiales incluidos en esta IV edición de la Memoria de Sostenibilidad, se abrió un proceso de consulta y participación de los grupos de interés, a través una encuesta online, con el resultado de más de 300 respuestas recibidas, que ha permitido ampliar considerablemente los temas y el volumen de información con respecto a ediciones anteriores.

Gran salto en el desarrollo de la certificación forestal en la Memoria de Sostenibilidad del Papel

La mitad de la celulosa y el papel que la industria papelera española puso en el mercado en 2014 contaba ya con certificación forestal y casi el 80% de la madera utilizada como materia prima para fabricarlo procedía de plantaciones locales de pino y eucalipto.

Los productos del bosque son cada vez más demandados por la sociedad. Y lo serán aún más en el futuro, sustituyendo en mayor medida a materiales no renovables e intensivos en carbono. Por eso es esencial la certificación forestal, que garantiza al consumidor que esos productos forestales proceden de bosques gestionados de manera sostenible.

1 certificación forestal

Según datos de la Memoria de Sostenibilidad de la Industria del Papel editada por ASPAPEL, actualmente, tienen certificada su cadena de custodia el 72% de las fábricas de papel y el 100% de las fábricas de celulosa, así como el 85% de los proveedores de madera. En muy pocos años se ha conseguido un gran avance y hoy está certificada el 51% de la producción de celulosa de mercado y el 46% de la producción de papel vendido.

El cuello de botella sigue estando en el déficit de madera nacional certificada, que lastra la competitividad de la industria forestal española. La ausencia de instrumentos de gestión ágiles y eficaces ha sido tradicionalmente el gran escollo.

Aunque en los últimos años se ha avanzado considerablemente, nuestros bosques requieren un impulso decidido para situarlos en los niveles de las masas forestales europeas.

El papel es un producto forestal, un producto del bosque. La madera para papel se planta y se cultiva en 420.580 hectáreas de plantaciones que se están continuamente replantando y regenerando y suponen el 2,3% de la superficie forestal española. Estas plantaciones son motor de la economía rural: generan 4.660 empleos directos y 15.378 indirectos. Además son grandes sumideros de CO2.

Los 5,7 millones de m3 de madera que la industria de la celulosa y el papel utilizó en 2014 como materia prima, proceden en un 78% de esas plantaciones locales. El resto de la madera es importado y procede asimismo de plantaciones de estas mismas especies.

Más del 80% de los residuos de fabricación del papel se valorizan

Actualmente el 81% de los residuos de fabricación se valorizan por distintas vías, según la Memoria de Sostenibilidad de la Industria del Papel editada por ASPAPEL. Las principales son la valorización energética, fundamentalmente en la propia fábrica, el uso directo agrícola, el compostaje y su uso como materia prima en otras industrias (cementera,  cerámica...).

La política de gestión de los residuos de proceso papelero consiste en primer lugar en su minimización, a través del control de calidad de la materia prima y de mejoras en el proceso de fabricación.  Y, en segundo lugar, en su valorización en distintas aplicaciones o su valorización energética. Sólo en el caso de que ninguna otra vía sea posible, se recurre a su eliminación en vertedero controlado.

Los residuos con destino a vertedero se han reducido de manera muy importante en los últimos años. Han pasado a representar del 35% en 2010 al actual 19%.

Hay que destacar el gran avance producido en el uso de estos residuos como combustible fundamentalmente en la propia fábrica, que ha pasado de apenas un 3% en 2010 a casi el 28% actualmente.

En el ámbito de la fabricación, la filosofía de trabajo del sector se resume en dos líneas de actuación: innovación y eficiencia para fabricar papel con menos agua y menos energía. y conversión de los residuos del proceso en recursos, profundizando en el uso en cascada de la materia prima, en simbiosis con otras industrias.

Cabe destacar que casi el cien por cien de la producción papelera en España (97%) se realiza bajo sistemas de gestión medioambiental (ISO o EMAS) y la buena evolución en cuanto al uso de agua y vertidos o en las emisiones.
2 gestion recursos

La recogida de papel para reciclar vuelve a crecer con fuerza

Coincidiendo con la recuperación del consumo de papel (2,8%), la recogida de papel crece de nuevo en 2014 y lo hace con fuerza, incrementándose un 4,1%, según la Memoria de Sostenibilidad del Papel editada por ASPAPEL.

La evolución del consumo de papel está íntimamente ligada a la de la recogida de papel para reciclar. No obstante, en el caso español, la concienciación, el arraigo de los hábitos de reciclaje y el buen funcionamiento y la solidez de los sistemas de recogida han conseguido minimizar el impacto del descenso del consumo en el “bosque urbano”.  A lo largo de la crisis, el consumo de papel se ha reducido un 23% mientras la recogida de papel para reciclar ha descendido alrededor del 11%, de forma mucho más moderada.

El “bosque urbano” ha resistido a pie firme la segunda recesión. Ni la caída del consumo ni la obligada austeridad en la gestión pública han sido obstáculo para mantener los altos estándares conseguidos en recogida y reciclaje de papel. La colaboración administración-ciudadano-industria, la fortaleza y eficiencia de los sistemas de recogida y la capacidad recicladora de nuestra industria papelera son una combinación ganadora.

La recogida de papel en España alcanzó en 2008 su récord histórico al rozar los cinco millones de toneladas. En los años sucesivos experimentó, como consecuencia de la crisis, un descenso roto solo por el leve repunte de 2011. Y vuelve a crecer con fuerza en 2014.

3 volumen recogida

De los 135 kilos de papel que un español consume al año como media, el 71% (96 kilos) se recoge para ser reciclado en las fábricas papeleras. Eso hace un total de 4,4 millones de toneladas recogidas en 2014 para su reciclaje.

España es una potencia en reciclaje de papel y cartón. En 2014, las fábricas papeleras españolas reciclaron 5,1 millones de toneladas de papel y cartón. En la Unión Europea, solo Alemania supera ese volumen de reciclaje.

La capacidad recicladora de nuestra industria papelera permite garantizar el reciclaje de todo el papel y cartón que se recoge en España, cerrando el ciclo en nuestro país. De hecho, en 2014 se recogieron 4,4 millones de toneladas y nuestra industria recicló 5,1 millones de toneladas.

El 70% del papel que recicló en 2014 la industria papelera española era de procedencia local y el 30% restante se importó de países limítrofes.

Una industria ganadora

“Contamos –explicó Eduardo Querol, presidente de ASPAPEL- con las bazas del excelente comportamiento medioambiental y la gran capacidad innovadora del papel. Sabemos que tenemos un gran futuro y queremos compartirlo, atrayendo talento y capital a esta industria ganadora”.