La impresión comercial a examen

Si pensamos en impresión comercial se vienen a la mente tres de las tecnologías principales: offset, tóner e inyección de tinta. Sin duda, tienen un papel protagonista, pero las tendencias del mercado y las nuevas necesidades que van surgiendo en los clientes, suponen una oportunidad de cambio que debe ser aprovechada tecnológicamente.

La pandemia ha añadido un nivel de complejidad y, por supuesto, ha introducido una gran variedad de desafíos para las compañías dedicadas a la impresión comercial. Pero, a pesar de ello, hay muchas tendencias de mercado que se mantienen a lo largo de la última década. Y, con esta perturbación añadida, llegan una serie de oportunidades para aquellos que se atreven a innovar.

En este sentido, Canon ha presentado la guía ‘Replantéate la impresión comercial’ donde se exponen algunos de los retos a los que se enfrentan los proveedores de servicios de impresión comercial y también sus clientes (responsables de marketing, editores y otros compradores de impresión), al tiempo que visibiliza la gran oportunidad que supone la llegada de la impresión digital.

El desafío y la oportunidad

Este panorama de cambio constante genera nuevos modelos de negocio que impulsan numerosas oportunidades para crear nuevas aplicaciones de impresión. Las imprentas comerciales tienen en sus manos un sinfín de posibilidades; a  la variedad de aplicaciones se le une la selección de diferentes pesos y tipos de soportes y la personalización inteligente gracias al uso de los datos.

Otro de los desafíos a los que se enfrenta el sector es a la gestión de la  relación entre fabricantes de tecnología y empresas de impresión. Esto influye en el cambio constante que vive la industria, ya que cada vez es más cercana y estrecha. Por lo tanto, la planificación estratégica a largo plazo supone un reto. Además, esta tendencia, tal y como revela la Guía de Canon, se ha visto acelerada con la llegada de la crisis sanitaria que ha obligado a aplicar cambios y a analizar nuevas preferencias.

No puede saberse con certeza como será la impresión del futuro, pero se puede intuir que será personalizada y que estará integrada en los soportes digitales, pasando de tener como únicos rivales a los PSP, a tener que hacer frente a los múltiples canales digitales que se disputan una cuota del presupuesto de los clientes.

Para continuar creciendo, se le une el reto de reducir costes y saber que se dispone de un buen margen de beneficio. Por eso es importante contar con tecnología de producción que ofrezca agilidad, flexibilidad y opciones de automatización que permitan poder entregar tiradas cortas de manera rápida.

Frente a todos estos retos que se presentan, puede surgir la pregunta; ¿cuál es la solución? La tecnología digital aplicada a la impresión aparece como una aliada para hacerlos frente e impulsar el éxito y añadir valor. Las empresas han de priorizar la calidad e invertir en tecnología que ofrezca flexibilidad y permita una oferta de productos más amplia. La inyección de tinta, por ejemplo, combina lo mejor del offset y la rapidez de lo digital, ajustándose a la perfección a la demanda del mercado del futuro. En este sentido, la innovación se torna como el motor de la impresión comercial del presente.