Coche eléctrico en tu empresa, una manera de reducir nuestro impacto ambiental
Desde hace tiempo se habla de que el coche eléctrico ha venido para quedarse y, parece que ahora sí estamos ante el fin, y no solo porque Elon Musk, el creador de Paypal y promotor de la misión a Marte lo haya tomado como reto personal con su marca Tesla Motors, ni porque BMW anuncie que en breve sus modelos podrán recorrer 600km con una carga, ni porque una marca clásica de hiperdeportivos de lujo como Aston Martin haya anunciado recientemente su primer modelo eléctrico, si no porque en las altas esferas ya se ha decidido que va a ser así.
Reino Unido ha desarrollado un plan de impulsión para que en 2040 todos los coches nuevos que se vendan en las islas sean eléctricos. Mientras, en Noruega, un país en el que muchos de sus ingresos son procedentes del petróleo, prohibirá la venta de coches diesel y gasolina en 2025. Por su parte, la Unión Europea prepara una directiva en la que se requerirá que a partir de 2019 todas las nuevas viviendas incorporen puntos de recarga.
Podemos verlo como algo aterrador, o como una oportunidad, y en el segundo caso aprovecharla para reducir el impacto ambiental de nuestra compañía, en concreto, reducir las emisiones directas de CO2 asociadas a los vehículos utilizados en nuestros negocios. Dentro del sector no es común, salvo en las empresas más grandes, disponer de flotas de reparto, pero sí lo es visitar clientes para desarrollar labores comerciales, y en muchos casos esas visitas se realizan con berlinas de representación que si bien dan buena imagen, en la mayor parte de los casos distan mucho de ser vehículos “eficientes” para lidiar con el tráfico de unas ciudades cada vez más congestionadas y contaminadas que de forma cada vez más habitual restringe el acceso a los vehículos convencionales a su almendra central cuando se disparan las emisiones .
En otros casos se utilizan furgonetas propiedad de la empresa para entregar los trabajos más pequeños y de paso, visitar al cliente. A priori, reemplazar un coche diesel o gasolina por un coche eléctrico puede parecer algo disparatado en un momento en el que encontrar un punto de recarga en las ciudades españolas no es tarea fácil.
El coche eléctrico para los comerciales de tu empresa
Sin embargo, esto no ha echado para atrás a algunas marcas de logística, que saben bien lo que es trabajar dentro del atasco, como por ejemplo SEUR, que incorpora ya en su flota más de una veintena de coches 100% eléctricos para sus entregas en los núcleos urbanos de Madrid y Barcelona. O a algunos proveedores del sector, como RICOH, que ya llevan un tiempo utilizando coche eléctrico a pequeña escala.
Si bien es cierto que utilizar un coche eléctrico a nivel personal aún es complejo si uno vive en un piso y no dispone de un punto de recarga cercano, esto es más fácil para las empresas, que suelen disponer de parking privados en los que instalar puntos de recarga no es un engorro, una medida que a su vez, podría hacer que algún miembro de la plantilla se animase a dar el salto a al coche eléctrico, reduciendo en este caso las emisiones indirectas asociadas al desplazamiento de los empleados.
Decidirse por la movilidad eléctrica puede ser una buena idea para mejorar la imagen y avalar nuestra apuesta por la “impresión verde”, y es de especial interés para las empresas certificadas en medioambiente, que con la llegada de la nueva ISO 14001:2015 tienen que afrontar nuevos retos, como satisfacer a las partes interesadas y analizar las oportunidades de mejora a nivel medioambiental.