Ecoetiqueta e impresión
Cada vez son más los productos que portan su propia ecoetiqueta, y cada vez son más los impresores que deben enfrentarse a clientes que demandan sus productos gráficos incluyendo dichas etiquetas.
Algunas etiquetas o logos pueden ser utilizados sin requisito alguno, como el “Moebius” asociado al reciclado, pero otros requieren licencias, certificados o aprobaciones específicas, pudiendo esto ser un problema para la imprenta si el cliente o el diseñador no conoce los requisitos de estas marcas y los usa sin tener en cuenta estas limitaciones.
La primera ecoetiqueta y la más conocida por los impresores al estar directamente relacionada con el producto gráfico es FSC®. El Forest Stewardship Council A.C. (FSC) busca promover una gestión forestal ambientalmente apropiada, socialmente beneficiosa y económicamente viable de los bosques del mundo. Con la idea de crear un sistema de certificación a escala mundial, la Asamblea Fundadora del FSC se llevó a cabo en Toronto, Canadá en 1993. El logo de FSC debe ser utilizado siempre con licencia asociada a un certificado en vigor, que identifica a la imprenta, editor o fabricante del producto y requiere una autorización previa a su uso por parte de una entidad de certificación.
La segunda ecoetiqueta de la que hablaremos y que también está directamente relacionada con la impresión es PEFC. De forma similar a la anterior su objetivo es asegurar que los bosques del mundo sean gestionados de forma responsable, y que su multitud de funciones estén protegidas para generaciones presentes y futuras. Para ello cuenta con la colaboración de propietarios y empresas del sector forestal, que apostando por la certificación de sus bosques e industrias, están asegurando la sostenibilidad del sector. Su logo requiere también una licencia asociada a un certificado, pero siempre y cuando se respeten las normas de uso no se requiere la autorización del uso por parte de una entidad de certificación.
Otra ecoetiqueta relacionada con el producto gráfico y con el papel es la Ecoetiqueta Europea “Ecolabel”. Creada en el año 1992, la Etiqueta Ecológica Europea constituye una parte importante de la política comunitaria de instrumentos voluntarios de ayuda a las empresas y a los consumidores para mejorar su actuación ambiental. El objetivo es promover productos que pueden reducir los efectos ambientales adversos, en comparación con otros productos de su misma categoría, contribuyendo así a un uso eficaz de los recursos y a un elevado nivel de protección del medio ambiente. Su uso es restringido a grupos de producto específicos entre los que se encuentra el papel impreso. Su uso es restringido a aquellos productos a los que se le ha concedido dicha etiqueta, debe portar un numero de licencia y está protegida por la legislación europea.
Existen otras etiquetas que sin estar directamente relacionadas con el producto gráfico empiezan a ser bastante comunes en los embalajes, catálogos o memorias medioambientales de las empresas asociadas a la fabricación y distribución de alimentos:
La primera es una etiqueta asociada al uso de productos derivados de la palma, RSPO Roundtable on Sustainable Palm Oil (Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible). RSPO fue fundada en 2004 como respuesta a la imagen negativa que la industria de aceite de palma estaba generando por sus impactos sociales y medioambientales. Al igual que FSC fue creada por un conjunto de partes interesadas como productores, sociedad civil, gobiernos y compradores. Para usar su logo se requiere disponer de una licencia emitida por RSPO al producto de palma o productos derivados, pero no demanda aprobaciones específicas.
La segunda es UTZ, una etiqueta que permite a los productores de café, cacao y té demostrar que operan de manera responsable, conforme a estrictos estándares sociales y medioambientales. UTZ fue creada en 2002 originalmente como UTZ Kapeh, que significa ‘buen café’ en el idioma Maya, el Quiché. Fue fundado por Nick Bocklandt, un cultivador de café belga de Guatemala, y Ward de Groote, un tostador de café holandés, con el objetivo de implementar la sostenibilidad a gran escala en el mercado mundial. El uso de su etiqueta tanto en embalajes como a nivel promocional requiere de una aprobación directa de la organización.