El resurgir de Macrolibros

En 1973, fruto del acuerdo entre la Editorial Miñón de Valladolid y Mateu Cromo de Madrid, nacía la empresa vallisoletana Macrolibros. En sus inicios, Macrolibros se dedicaba a la producción de libros de texto de la citada editorial y sobre todo de la famosa Enciclopedia Álvarez de la que se hicieron millones de ejemplares. Con el paso de los años, y atendiendo a las necesidades del mercado, comenzó a producir todo tipo de libros dirigidos al mundo entero, comenzando su andadura como empresa exportadora en los años 80.

En el siglo XXI, el corazón de Macrolibros continúa siendo la producción de libros si bien, la tipología de los productos ha cambiado enormemente y con ellos la propia empresa. “Nuestra actividad principal sigue siendo la producción de libros de color pero tanto la gama de productos que podemos hacer como el nivel de servicio se ha ampliado de forma considerable. En el caso de los libros de texto las tiradas medias se han reducido con los cambios legislativos y la demanda de calidad ha aumentado”, comentaba a neobispress Carlos Panizo, director de Macrolibros.

Esta empresa asociada a neobis no ha cesado en su transformación y adaptación al mercado para seguir siendo líderes en el sector con una plantilla de 138 personas. Desde 2012, es propiedad del fondo Sherpa Capital, forma parte de Dédalo Grupo Gráfico y está integrada en Prisa.

Leyendo estas líneas podríamos pensar que Macrolibros ha tenido un sendero fácil y que no ha tenido grandes piedras en su camino pero, además de vivir en primera persona las consecuencias de la crisis tanto económica como del sector gráfico, en noviembre de 2015 Macrolibros sufrió un incendio inesperado que arrasó toda la planta de impresión con sus seis máquinas incluidas.

Tras este fatídico accidente, Panizo reconoce que la primera sensación que tuvieron fue que era el final de la empresa. “Fue un momento de desánimo al ver la magnitud del incendio y la destrucción total de las seis máquinas de impresión. Sin embargo, al día siguiente se convocó una reunión de urgencia del comité de dirección y ya desde ese momento comenzamos a trabajar de forma inmediata para la reconstrucción de Macrolibros”.

“Fueron momentos muy duros y la clave para salir adelante en tiempo record fue la colaboración entre clientes, personal y equipo de dirección”. “Lo principal era volver a la actividad lo más rápido posible y ¡lo conseguimos! La encuadernación estuvo parada tan solo un mes y la primera máquina de impresión arrancó en marzo de 2016. Durante este tiempo, la máxima para Macrolibros era seguir produciendo libros, subcontratando la impresión hasta poder hacerla en casa para que nuestros clientes no notaran un deterioro del servicio”.

Este, sin duda, es un bonito caso de cómo la colaboración permite conseguir los objetivos marcados. Esta colaboración hizo posible que Macrolibros no cerrara sus puertas y que en cuestión de meses se volvieran a arrancar nuevas máquinas.

En marzo y abril de 2016 se incorporaron dos máquinas de formato VII de segunda mano. Otras dos máquinas nuevas llegaron en mayo y agosto de este mismo año y finalmente en diciembre la Heidelberg Speedmaster XL 162-8P aterrizaba en Macrolibros para poner el broche de oro a este resurgir que ha servido para conseguir una nueva y mejorada empresa.

“La convicción de que hay que dotarse de los mejores medios para ser competitivos en el presente y en el futuro fue lo que nos llevó a comprar esta nueva Speedmaster. La tecnología de esta máquina, nos permite afrontar con eficiencia cualquier trabajo de impresión en plano. Estamos preparados para superar con éxito las buenas perspectivas del sector del libro que sin duda en formato en papel tiene grandes ventajas respecto del mundo digital”.

Heidelberg Speedmaster XL 162-8P, “la máquina perfecta se instala en Macrolibros ”

Está preparada principalmente para el trabajo comercial de alta calidad y reacciona bien tanto en grandes tiradas como en tiradas cortas. La combinación de tecnologías innovadoras, la optimización de los tiempos de puesta en marcha y la mínima maculatura hacen que la Speedmaster XL 162 sea un equipo ideal para cualquier tipo de trabajo.

La máquina está equipada con el Prinect Press Center; el sistema de guía del operador de fácil manejo Intellistart; un sistema integrado en Wallscreen; Prinect Inpress Control, sistema en línea del control del color y registro, y el conocido sistema inversor de tres cilindros con tecnología Perfect Jacket de Heidelberg.

En referencia al sistema de entrega de pliegos, el dispositivo de la XL 162 asegura una gran calidad y genera una reducción del coste relacionado especialmente con la gestión de materiales.

Uno de los puntos fuertes de la máquina es el sistema de volteo, la hoja es transportada a la salida por dos sistemas de agarre en la parte delantera y los bordes traseros. Al llegar a la salida, va más lenta y se entrega con otro sistema de sujeción. Con este sistema ahorramos plancha guía y frenos del pliego en la salida de máquina, con lo que aumentamos la calidad de impresión al eliminar la posibilidad de encontrar tinta. Referente a niveles de ahora, si hablamos de 30 millones de hojas por año ahorraríamos hasta 200.000 euros anuales en costes de materiales. Si sumamos ahorros en tiempos de puesta a punto, cambios, tira y retira y la reducción es residuos, una imprenta equipada con una XL 162 se puede generar un nivel de reducción de costes sustancial.