La industria papelera en datos

Ayer, 5 de julio,, Enrique Isidro y Carlos Reinoso, presidente y director general  respectivamente de ASPAPEL, citaron a un nutrido grupo de periodistas para dar a conocer los datos de la industria papelera española en 2015 además de actualizar la Memoria de Sostenibilidad del sector.

El ejercicio 2015 es el del inicio de la recuperación de la industria papelera, que ve por fin crecer la producción de papel, aunque lejos todavía de poder aprovechar el tirón de la demanda interna. El 2,6% de incremento en la producción de la industria papelera está aún muy por debajo del 5,6% de crecimiento del mercado interior, que se ha cubierto en buena parte con la importación, que registra un aumento de 2,3%. Las exportaciones de papel retroceden por la pérdida de la competitividad de la industria papelera derivada de la reforma energética y disminuyeron en 2015 el 4,1%.

Grafico produccion y consumo de papel y celulosa

El crecimiento en la industria papelera se hizo esperar hasta abril de 2015, pese a que el consumo interno había empezado a crecer ya en 2014. Todo hacía suponer que se produciría un importante despegue de la producción en el momento en que los mercados interiores y exteriores se reactivaran; pero el impacto en la competitividad del sector del incremento de los costes energéticos derivados de la reforma eléctrica retrasó y debilitó la recuperación.

Con respecto a la celulosa, el cierre de una planta a finales del año anterior supuso un descenso de la producción en 2015 de casi un 12%. Sin embargo, la producción de celulosa integrada, la producida para autoconsumo, se incrementó el 0,8%.

Con 16.320 empleos directos, 85.000 indirectos y 76 plantas de producción de celulosa y papel, la industria papelera facturó 4.156 millones de euros en 2015.

El consumo de papel, recuperación asimétrica

En el ejercicio 2015 se consolida la recuperación del consumo de papel iniciada ya el año anterior. Las 6.607.300 toneladas consumidas suponen un crecimiento del 5.6%, que dobla el crecimiento de 2014 y se sitúa muy por encima del incremento del PIB. Pese a este buen ritmo de recuperación, estamos lejos todavía del récord histórico de 7,9 millones de toneladas que se registró en 2006.

La recuperación es asimétrica para los distintos tipos de papeles de la industria papelera. Los mayores crecimientos los encontramos en papeles para embalajes, con un incremento del 8,2% en los papeles para cartón ondulado, del 6,8% en cartón estucado y del 9,3% en otros papeles para embalaje. El consumo de papeles para usos higiénicos y sanitarios crece también a un buen ritmo, 5,3%. Por el contrario, los papeles gráficos registran todavía un leve descenso del 0,1%.

 

Grafico consumo por tipos de papel

¿Qué necesita la industria papelera?

Los diversos factores de incertidumbre, generados no solo en España sino también en Europa y en el ámbito mundial, están dificultando la consolidación de una recuperación económica, todavía frágil.

La necesidad de promover la reindustrialización para reforzar la incipiente recuperación es en estos momentos objetivo prioritario en España y en Europa. Y la industria papelera española es el motor de una potente cadena de valor, de creación de empleo y riqueza. Desde las plantaciones forestales para papel, pasando por la fabricación de celulosa y papel y su transformación en una enorme variedad de productos papeleros, hasta su recogida y tratamiento para su reciclaje final en una fábrica papelera, la cadena de papel supone el 3% del PIB español.

“El reto fundamental ahora –explicó el presidente de ASPAPEL, Enrique Isidro- es la consolidación de esta incipiente y aún frágil recuperación. Para ello es necesario mejorar las condiciones de competitividad, crear un caldo de cultivo en el que pueda desarrollarse la actividad industrial. Y eso pasa por un precio competitivo de la energía para la industria, el desarrollo de infraestructuras y una regulación que permita mejorar la logística y el transporte, la defensa de los intereses de la industria española y europea en el marco de la política comercial de la UE y el estímulo a la I+D+i. Es imprescindible innovar en procesos para conseguir productos más competitivos”.