La bioindustria papelera, referente en economía circular

ASPAPEL da la bienvenida a la aprobación por el Consejo de Ministros de la Estrategia Española de Economía Circular, una gran oportunidad para avanzar hacia un modelo económico sostenible, basado en un mejor y más eficiente uso de los recursos.

La bioindustria circular del papel, representada por ASPAPEL, fue uno de los firmantes en 2017 del Pacto por una Economía Circular impulsado por MAPAMA y MINEICO, con el compromiso de seguir progresando en el camino de la economía circular.

La economía circular está en el propio ADN del papel, que hoy es un claro referente en este nuevo modelo industrial. El papel es una bioindustria basada en un recurso natural y renovable —la madera— que se cultiva en plantaciones. El sector fabrica productos reciclables que se reciclan masivamente. Y las fábricas de celulosa y papel son muy eficientes en el uso de agua y energía y en la gestión de los residuos de fabricación.

En la UE, región líder en el mundo en reciclaje de papel y cartón, la industria papelera española es la tercera más recicladora, después de Alemania y Francia en volumen de papel reciclado, empatada con Italia. España ha sido recientemente pionera en legislar sobre el fin de la condición de residuo del papel recuperado, lo que supone para toda la cadena del reciclaje de papel y cartón una gran oportunidad para garantizar la calidad de la materia prima, reducir la burocracia y eliminar barreras a la libre circulación

La madera utilizada en la fabricación de papel en España es en su práctica totalidad (96%) madera de procedencia local y mayoritariamente certificada (59%). Las plantaciones de madera para el sector, que se están continuamente regenerando y replantando, generan más de 5.500 empleos directos y casi 17.700 indirectos en el ámbito rural.

El sector papelero es líder en producción y utilización de energía renovable procedente de biomasa (una tercera parte del combustible que utiliza el sector es biomasa y biogás). El 79% de los residuos de fabricación  se convierten de nuevo en recursos en el uso directo agrícola o como compost, reciclados como materia prima en otras industrias o bien vía valorización energética en la propia fábrica o en otras industrias, en un perfecto ejemplo de simbiosis industrial.


industria papelera

La industria papelera en datos

Ayer, 5 de julio,, Enrique Isidro y Carlos Reinoso, presidente y director general  respectivamente de ASPAPEL, citaron a un nutrido grupo de periodistas para dar a conocer los datos de la industria papelera española en 2015 además de actualizar la Memoria de Sostenibilidad del sector.

El ejercicio 2015 es el del inicio de la recuperación de la industria papelera, que ve por fin crecer la producción de papel, aunque lejos todavía de poder aprovechar el tirón de la demanda interna. El 2,6% de incremento en la producción de la industria papelera está aún muy por debajo del 5,6% de crecimiento del mercado interior, que se ha cubierto en buena parte con la importación, que registra un aumento de 2,3%. Las exportaciones de papel retroceden por la pérdida de la competitividad de la industria papelera derivada de la reforma energética y disminuyeron en 2015 el 4,1%.

Grafico produccion y consumo de papel y celulosa

El crecimiento en la industria papelera se hizo esperar hasta abril de 2015, pese a que el consumo interno había empezado a crecer ya en 2014. Todo hacía suponer que se produciría un importante despegue de la producción en el momento en que los mercados interiores y exteriores se reactivaran; pero el impacto en la competitividad del sector del incremento de los costes energéticos derivados de la reforma eléctrica retrasó y debilitó la recuperación.

Con respecto a la celulosa, el cierre de una planta a finales del año anterior supuso un descenso de la producción en 2015 de casi un 12%. Sin embargo, la producción de celulosa integrada, la producida para autoconsumo, se incrementó el 0,8%.

Con 16.320 empleos directos, 85.000 indirectos y 76 plantas de producción de celulosa y papel, la industria papelera facturó 4.156 millones de euros en 2015.

El consumo de papel, recuperación asimétrica

En el ejercicio 2015 se consolida la recuperación del consumo de papel iniciada ya el año anterior. Las 6.607.300 toneladas consumidas suponen un crecimiento del 5.6%, que dobla el crecimiento de 2014 y se sitúa muy por encima del incremento del PIB. Pese a este buen ritmo de recuperación, estamos lejos todavía del récord histórico de 7,9 millones de toneladas que se registró en 2006.

La recuperación es asimétrica para los distintos tipos de papeles de la industria papelera. Los mayores crecimientos los encontramos en papeles para embalajes, con un incremento del 8,2% en los papeles para cartón ondulado, del 6,8% en cartón estucado y del 9,3% en otros papeles para embalaje. El consumo de papeles para usos higiénicos y sanitarios crece también a un buen ritmo, 5,3%. Por el contrario, los papeles gráficos registran todavía un leve descenso del 0,1%.

 

Grafico consumo por tipos de papel

¿Qué necesita la industria papelera?

Los diversos factores de incertidumbre, generados no solo en España sino también en Europa y en el ámbito mundial, están dificultando la consolidación de una recuperación económica, todavía frágil.

La necesidad de promover la reindustrialización para reforzar la incipiente recuperación es en estos momentos objetivo prioritario en España y en Europa. Y la industria papelera española es el motor de una potente cadena de valor, de creación de empleo y riqueza. Desde las plantaciones forestales para papel, pasando por la fabricación de celulosa y papel y su transformación en una enorme variedad de productos papeleros, hasta su recogida y tratamiento para su reciclaje final en una fábrica papelera, la cadena de papel supone el 3% del PIB español.

“El reto fundamental ahora –explicó el presidente de ASPAPEL, Enrique Isidro- es la consolidación de esta incipiente y aún frágil recuperación. Para ello es necesario mejorar las condiciones de competitividad, crear un caldo de cultivo en el que pueda desarrollarse la actividad industrial. Y eso pasa por un precio competitivo de la energía para la industria, el desarrollo de infraestructuras y una regulación que permita mejorar la logística y el transporte, la defensa de los intereses de la industria española y europea en el marco de la política comercial de la UE y el estímulo a la I+D+i. Es imprescindible innovar en procesos para conseguir productos más competitivos”.


Convertir los residuos en recursos

Como antesala del evento del próximo 17 de marzo, ASPAPEL organizó ayer un desayuno para presentar a los medios el Informe de la Economía Circular del Papel.

Carlos Reinoso, director general de ASPAPEL e Ignacio Carro, secretario general de AFCO, nos introdujeron en lo que es el futuro de este sector, incidiendo en que la economía circular es la clave y la tendencia de la industria para conseguir su sostenibilidad, eficiencia y competitividad en el tiempo.
 
La economía circular es un nuevo paradigma, lanzado desde la Unión Europea y aplicable a todas las áreas, con el que se pretende acabar con la economía lineal basada en producir, usar y tirar.  
Consiste en convertir los residuos en recursos y esto mejor que nadie, lo sabe hacer la industria papelera de nuestro país.
España es el segundo país de Europa en reciclaje de papel y cartón después de Alemania. Con eficientes sistemas de recogida y tratamiento se recogen 4.3 millones de toneladas de papel y cartón, lo que equivale al 70% del consumo.
Pero el reciclaje, aun siendo una parte fundamental de este nuevo paradigma, no es el único. Todo el ciclo de vida del producto, desde las materias primas hasta el uso debe ser eficiente.
Carlos Reinoso nos resumía así las cuatro fases por las que pasa el producto de la cadena del papel y cómo se está trabajando en cada una de ellas para conseguir un proceso sostenible y circular:
  • Materias primas: En España se plantan muchos más árboles de los que se cortan. El crecimiento anual de la madera es de 46.3 millones de m3 y las cortas anuales (incluida la fabricación de papel) se limitan a 15.5 m3. La fabricación del papel tan solo supone un 33% del corte total de árboles y el 2.7% de la superficie forestal a nivel nacional es suficiente para proveernos el papel que necesitamos. Además el 83% de la madera para papel proviene de plantaciones locales y 5.890 personas están trabajando en ellas. Otra cuestión fundamental en esta fase es la gestión forestal sostenible que nos lleva a la certificación forestal. Hoy en día el 56% de las fábricas y el 82% de los proveedores cuentan con este certificado que garantiza que el aprovechamiento de la masa forestal sea sostenible.
  • Proceso productivo: En este punto hay que tener en cuenta el agua, la energía y los residuos.                                       El proceso papelero utiliza una elevada cantidad de agua, pero tan solo consume un 5%- 10% porque se evapora o se incorpora al producto, el restante 90%-95% del agua empleada se devuelve depurada.                                                       El mismo proceso, requiere de maquinaria de muy alta tecnología por lo que es un sector intensivo en energía. Por ello, existe una fuerte apuesta por sistemas energéticos sostenibles como elgas natural (el 65% del combustible utilizado es de este tipo), la biomasa (supone el 32%) y la cogeneración que ya cuenta con 1.135 MW instalados. Estos esfuerzos han conseguido que se haya producido más papel y celulosa con menor emisión de CO2.                                                       Por último, el volumen de residuos generado por este proceso es importante y lo que se intenta es valorizarlos en lugar de enviarlos a vertederos. A día de hoy ya el 77% de los residuos del proceso papelero son valorizados en simbiosis con otras industrias.
  • Producto: Ecodiseño es la palabra clave en esta fase, tanto el cliente como el consumidor final buscan algo más que la funcionalidad en un producto, también se interesan por cómo se ha fabricado y qué utilidad se le dará en un futuro. Esta nueva moda es sin duda una buena noticia para la industria papelera ya que el papel cuenta con unas claras fortalezas de cara a sustituir a otro tipo de materiales en muchas aplicaciones. Un ejemplo de ello es la creciente sustitución de las bolsas de plástico por las de papel.
  • El final del ciclo de vida: Papel es sinónimo de reciclaje y como dijimos al comenzar este post, España es el segundo país en reciclaje de la Unión Europea. El 70% del papel reciclado se recupera y existe capacidad recicladora suficiente para garantizarlo.