Recursos Humanos en Comunicación Gráfica

El trabajo de un profesional que se dedica a los Recursos Humanos, en cualquiera de sus ámbitos, implica el trato directo con personas. Generalmente, hablamos, sin pararnos a pensar, de Recursos Humanos, como se habla de los recursos de una empresa tales como las máquinas, las tintas o el papel. Hablar así deshumaniza y, si deshumanizamos, estamos perdiendo la nota característica de este trabajo. no se puede “gestionar” igual una máquina que a una persona, y de la deshumanización de las Relaciones Laborales vienen muchos de los problemas tales como la falta de motivación, la falta de liderazgo, la incapacidad para retener el talento etc.

Desde mi punto de vista, prefiero hablar de los trabajadores como una ventaja competitiva. Si el lector de este artículo se para a pensar un momento en su empresa, seguro que le viene a la cabeza un nombre de una persona en concreto que para el desarrollo de su actividad es o fue fundamental y que ese trabajador es o fue insustituible por sus aportaciones. Las personas aportan a las organizaciones de manera que las puede distinguir o puede generar que el proyecto empresarial sea un auténtico éxito.

En Recursos Humanos gestionamos personas

De la misma manera, los problemas con las personas que forman parte de una empresa son complejos y no se solucionan llamando a un técnico que cambia una pieza en media hora y todo vuelve a funcionar con normalidad. Pero, sin embargo, en media hora sí que se pueden deteriorar significativamente las Relaciones Laborales en la empresa y volver a reconstruirlas lleva tiempo, se necesita un profesional cualificado y se corre el riesgo de que nunca vuelvan a un estado óptimo, si no se gestionan cambiando los puntos adecuados.

Deshumanizar las Relaciones Laborales, no es la solución, es el problema. Además, es un problema arraigado y, en muchos casos, que ni siquiera está identificado como tal, lo que hace más difícil su solución en el corto o, incluso en el medio plazo.

Pensar en los trabajadores de nuestra empresa como un recurso y no como en una ventaja competitiva es otro problema. Si consideramos que cada miembro de nuestra  plantilla puede aportar y crecer, debemos realizar una adecuada política de Dirección de Personas desde el inicio: proceso de selección, formación, motivación, liderazgo, política retributiva, gestión de la carrera profesional y retención del talento, son las herramientas clave para que las Relaciones Laborales de nuestra empresa supongan un beneficio directo en el éxito de nuestra organización.