tala ilegal de madera neobis

Las empresas neobis luchan contra la tala ilegal

La tala ilegal es un problema generalizado que suscita gran inquietud a nivel internacional. Supone una grave amenaza para los montes porque contribuye al proceso de deforestación y de degradación de los bosques. Responsable de aproximadamente el 20 % de las emisiones mundiales de CO2 es un riesgo para la biodiversidad y debilita la gestión y el desarrollo sostenibles de los montes, incluida la viabilidad comercial de los agentes que desarrollan su actividad con arreglo a la legislación aplicable. También contribuye a la desertificación y a la erosión del suelo, y puede acentuar los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones.

Desde 2013, para luchar contra este problema de tala ilegal, Europa dispone del REGLAMENTO (UE) No 995/2010 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 20 de octubre de 2010, más conocido como el Reglamento de la Madera de la Unión Europea (EUTR), que prohíbe la comercialización en el mercado europeo de madera aprovechada ilegalmente, con la finalidad de hacer frente al problema de tala ilegal que hay a nivel internacional.

¿Qué exige el Reglamento de la Madera de la Unión Europea contra la tala ilegal?

Basándose en un enfoque sistemático, los agentes (empresas o personas físicas) que comercializan por primera vez en el mercado interior europeo madera y productos de la madera (papel incluido) deben tomar las medidas necesarias para cerciorarse de que no se comercialicen en el mercado interior madera aprovechada ilegalmente provenientes de tala ilegal y productos derivados de esa madera.

Para ello es necesario disponer de un sistema de diligencia debida. Un de sistema de control que debe incluir tres elementos inherentes a la gestión de riesgo: acceso a la información, evaluación del riesgo y reducción del riesgo detectado.

¿Cómo afecta a las empresas gráficas este Reglamento?

Si importamos papel, somos considerados agentes, deberemos desarrollar un sistema de diligencia debida, y además, anualmente, antes del 31 de marzo presentar una declaración responsable de acuerdo al Real decreto 1088/2015, ya que este establece la obligación a todos los Agentes EUTR de cumplimentar y comunicar en tiempo y forma a la autoridad competente de la comunidad autónoma donde tenga su sede social, la información contenida en el anexo I de dicha norma.

Si no importamos y compramos únicamente a distribuidores europeos la norma nos cataloga como “Comerciantes” y nuestras obligaciones se limitaran a mantener información sobre nuestra cadena de suministro de papel, debiendo identificar a los agentes que han intervenido, esto es, identificar a nuestros proveedores de papel.

Si estamos certificados en FSC o PEFC, ya dispondremos de un DDS y prácticamente cumpliremos con el reglamento, a falta de presentar la declaración responsable si es que importamos papel de fuera del territorio de la UE.

Se baraja que en un futuro cercano el reglamento EUTR extienda su alcance también a los productos impresos terminados, no solo al papel y la madera, por lo que operaciones como la importación de libros desde el exterior de la UE estarían sometidas a los mismos controles que la importación de papel o cartón.

Autor: Sergio Ródenas, colaborador Consultoría Medioambiente neobis


almacenando químicos legalmente

Almacenar químicos legalmente en las imprentas

Cuando alguien ajeno al sector gráfico piensa en productos químicos usados por una imprenta, lo primero que le suele venir a la cabeza son las tintas, ya que desde siempre, éstas han tenido fama de contaminantes y peligrosas.

Sin embargo, a la hora de lidiar con productos químicos, no son las tintas lo que más debe preocupar a un impresor, puesto que éstas cada vez son menos contaminantes e incluso en algunos casos no son ni siquiera peligrosas, como pasa con aquellas gamas aptas para uso alimentario. Son los productos químicos complementarios al uso de esas tintas los que pueden provocar más de un dolor de cabeza a los impresores y éstos productos no siempre reciben la atención que merecen.

Aunque cada vez la maquinaria de impresión es más avanzada, más optimizada y más eficiente, es difícil conseguir una imprenta que no necesite químicos, ya sean limpiadores, aditivos, diluyentes de tintas, etc. Incluso en el offset sin agua o en las máquinas digitales, dependiendo del modelo, se requieren el uso de productos con una codificación de peligro o frase de riesgo y según el término más actual, indicaciones de peligro.

¿Qué es una indicación de peligro?

Una indicación de peligro es un código que describe la naturaleza de los peligros de una sustancia o mezcla de sustancias peligrosas, incluyendo cuando proceda el grado de peligro. Todas empiezan con la letra H, y llevan una numeración que va desde el 200 hasta el 413.

Por ejemplo, la indicación de peligro H300 en un producto implica que éste es “Mortal en caso de ingestión” mientras que la H315 nos indicaría que “Provoca irritación cutánea” y por lo tanto debemos usar guantes y ropa de protección al utilizarlo o manipularlo.

Debemos tener claro que las sustancias, en función de las indicaciones de peligro que porten en su etiqueta, tienen unos requisitos de almacenamiento definidos por la legislación, y en el caso concreto de la reglamentación española esos requisitos están definidos en el Real Decreto 656/2017, de 23 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos y sus Instrucciones Técnicas Complementarias MIE APQ 0 a 10.

En esa norma se detallan, en forma de tabla, los umbrales de almacenamiento a partir de los cuales una empresa está incluida dentro de su alcance. En caso de estar incluidos, los requisitos van desde instalar un armario de seguridad a presentar un proyecto complejo para habilitar la sala donde se almacenan los químicos, pasar inspecciones de OCA o contratar un seguro de responsabilidad civil.

No debemos pensar que por que usemos pocos químicos estamos exentos de esta legislación. Algunos productos utilizados en el sector son inflamables, como puede ser el alcohol isopropílico o los limpiadores orgánicos de rodillos y el Real Decreto 656/2017 establece que con tener almacenados más de 50 litros de producto de este tipo quedaríamos afectados por la norma.

Autor: Sergio Ródenas, colaborador Consultoría Medioambiente neobis


GREENGUARD Gold

Certificación UL GREENGUARD GOLD para las tintas UVgel de la impresora de gran formato Océ Colorado de Canon

Canon ha conseguido la certificación GREENGUARD Gold Certification de UL Environment para las tintas UVgel de la nueva impresora de gran formato Océ Colorado.

Los criterios técnicos para obtener estas certificaciones están ampliamente aceptados y reconocidos por organismos independientes. Se trata de una de las certificaciones más exigentes en cuanto a normas de emisión de productos y procesos en todo el mundo. La certificación GREENGUARD Gold establece unas normas básicas para definir los niveles de emisión para su uso en aplicaciones de interior. Estos criterios aplican, sobre todo, a materiales de construcción, acabados de interior, mobiliario, productos de limpieza y equipamiento electrónico.

Alberto Uggetti, vicepresidente de UL Environment, comenta: "UL anima a las compañías a probar el impacto de sus nuevas tecnologías sobre la salud del consumidor, lo que resulta especialmente importante en entornos tan sensibles como hospitales, escuelas y otros espacios públicos. Por esta razón, felicitamos a Canon por el desarrollo de tecnologías que consiguen unas certificaciones tan exigentes en sostenibilidad como GREENGUARD Gold Certification."

Para los proveedores de soluciones de señalética y cartelería de interior resulta vital contar con una certificación independiente en cuanto a las emisiones de las tintas. Así, proporcionan la máxima confianza en su uso, de cara a la entrada en el mercado de las aplicaciones de decoración de interiores por parte de los clientes de las impresoras de Canon de gran formato.

Las tintas Canon UVgel forman parte de la nueva tecnología patentada por la compañía, que se encuentra tras la impresora de bobina Océ Colorado 1640 de 64”. Este equipo se ha diseñado para ofrecer los mejores resultados en una amplia gama de aplicaciones, tanto de interior como de exterior, y en múltiples entornos. Ofrece una gama de colores muy amplia y una calidad de imagen perfecta. Esta certificación de seguridad resulta esencial para proporcionar a los proveedores de servicios de impresión la máxima confianza y promover el uso de la tecnología Canon UVgel en aplicaciones como el papel pintado, la decoración de interiores o la señalética.

Mark Lawn, Director, Graphic & Communications Group, Canon Europe comenta: "La certificación GREENGUARD Gold demuestra el compromiso de Canon con el desarrollo de productos que permitan a nuestros clientes expandir la gama de aplicaciones que ofrecen. Resulta muy importante que nuestros clientes de impresión en gran formato sean conscientes de que trabajamos continuamente, tanto internamente como con nuestros partners, para probar nuestros equipos y tintas y conseguir reconocimientos como este."

Las tintas acreditadas Océ UVgel por el estudio son:

  • UVgel 355

reciclaje del papel, entendiendo el proceso

Reciclaje del papel, entendiendo el proceso

En la actualidad, prácticamente cualquier ciudadano de a pie es consciente de que el papel realiza un proceso de reciclaje y que depositando los periódicos, revistas, cajas de cartón y otros productos en el “contenedor azul” se contribuye a reducir el consumo de materia prima forestal y la generación de residuos, que si bien no son peligrosos, ocuparían un espacio muy necesario para otros residuos no reciclables o valorizables energéticamente en vertederos y parques de tratamiento de residuos.

Lo que no todo el mundo conoce es cómo funciona una planta de fabricación de papel reciclado cuya principal fuente de suministro sea la recogida selectiva y otras fuentes de papeles de reciclaje.

Una planta tipo podría tratar anualmente unas 600.000 toneladas de materia prima bruta aunque la calidad de la materia prima varía sustancialmente en función de la procedencia del camión de recogida. No es lo mismo un camión que traiga periódicos sobrantes que uno que recoja la mezcla variopinta que puede encontrarse en un contenedor de reciclaje de la calle.

Una vez el camión llega a la planta se realiza una separación manual de materiales prohibidos que no pueden entrar al proceso de reciclaje junto al papel, por ejemplo plástico y vidrio o cartones de color marrón, si lo que se desea es fabricar papel sin impurezas.

Tras la separación inicial se introduce el papelote en un pulper, que es un recipiente que puede tener o no una hélice en su parte inferior y en el que se mezclan todos los ingredientes básicos para la creación de la pasta de papel. En el caso de la planta tipo que nos ocupa se aplica agua a presión para conseguir el desfibrado del papelote y se filtra el resultado, una pasta primaria, a través de una placa perforada al final del pulper. Para favorecer el destintado de las fibras se añade sosa y silicato sódico. Dado que es posible que en el papelote que se ha introducido en el pulper aún porte impurezas como plásticos o vidrios, este equipo suele disponer de un trómel, un cilindro integrado de perforaciones, que evita que estas impurezas sigan adelante en el proceso.

La pasta que sale del pulper atraviesa una serie de depuradores donde pueden retirarse impurezas aún más pequeñas, como clips y anillas de latas de refresco. Finalmente, la pasta atraviesa un depurador final donde se retienen aglomerados de fibras y sustancias adhesivas.

Cuando la pasta ha sido depurada se introduce en el equipo de destintado, que suele funcionar mediante células de flotación. Este proceso se basa en el contacto entre un líquido y una corriente de aire de forma que las burbujas que se forman encierran las partículas de tinta y ascienden a la superficie. Este proceso puede arrastrar de paso carbonatos y caolín procedentes de los papeles utilizados en la impresión de revistas.

Una vez destintada la fibra, las pasta de papel se espesa hasta un valor aproximado del 30% de consistencia y se somete a dispersión, un proceso donde se retiran los aglomerados de tinta y o adhesivos que no pudieron eliminarse en la fase de depuración.

Cuando la pasta está libre de impurezas se blanquea con peróxido de hidrogeno (H202), agua oxigenada y se dirige a la línea de fabricación de papel.

Los residuos del proceso de reciclaje del papel

Asociado al proceso de fabricación de la pasta se generan diferentes residuos, como rechazo (mezclas de metales y otros materiales) y lodos constituidos por espumas de las células de flotación. Los lodos se envían a la depuradora de la planta, donde se someten a procesos de eliminación de partículas en suspensión, a un tratamiento biológico de contaminantes y un proceso de eliminación de fangos generados en el tratamiento biológico. De este proceso se generan lodos y agua tratada que puede verterse a la red de saneamiento.

Autor: Sergio Ródenas, colaborador Consultoría Medioambiente neobis


nuevo certificado fsc

Conociendo el nuevo estándar FSC® ¿Quién necesita estar certificado?

El certificado FSC es ya una de las certificaciones habituales del sector de la impresión. Sin embargo, muchas empresas, ante las consultas de algunos clientes, dudan de si deben o no estar certificados o de si pueden o no utilizar el término FSC de alguna forma.

Recordamos de una manera general que la certificación es necesaria para cualquier organización que quiera hacer una declaración FSC acerca de sus productos y que cualquier cambio de propiedad en la cadena de suministro de productos certificados FSC requiere que se establezcan sistemas de gestión de CoC que sean efectivos a nivel de la organización respectiva y que sean verificados por una entidad de certificación independiente acreditada por el FSC.

Sin embargo, cubrir todas las opciones de negocio y excepciones posibles en un documento es difícil y a lo largo de los años, desde el nacimiento en 2011 de la versión 2-1 del Estándar General de Cadena de Custodia han ido apareciendo documentos complementarios y aclaraciones que entre otras cosas, complementaban la norma de forma que amparase dentro de su alcance esas diferentes opciones.

Todo ese “Know How” recopilado ha pasado a formar parte de la nueva versión, el FSC-STD-40-004 3.0, y aunque en la versión 2-1 ya se detallaba a quien aplicaba la norma, la 3-0 ahora incluye una tabla detallada sobre los condicionantes que determinan cuándo es necesario estar certificado.

La nueva versión del certificado FSC

En dicha tabla se parte de la premisa de que tiene la propiedad legal de los productos certificados y se pretende realizar al menos una de las siguientes actividades:

  1. venta de productos certificados FSC con declaraciones FSC en los documentos de ventas;
  2. etiquetado de productos como certificados FSC;
  3. fabricación o cambio en la composición (por ejemplo, el mezclado o agregado de materiales de base forestal al producto) o en la integridad física (por ejemplo, re-embalaje o re-etiquetado) de productos vendidos con declaraciones FSC;
  4. promoción de productos certificados FSC, excepto en productos terminados (por ejemplo, un cuaderno, un lápiz) y etiquetados que pudieran estar siendo promovidos por entidades no certificadas (por ejemplo una gran superficie anunciando “mesas de jardín certificadas”).

Sumado a esto, y especialmente relacionado con el sector, la norma ahora contempla la posibilidad de trabajar con editoriales o empresas similares que suministran el papel a las imprentas, sin ser necesario que estas estén certificadas, siempre y cuando el material se transporte directamente desde un proveedor certificado FSC a la organización.

Autor: Sergio Ródenas, colaborador Consultoría Medioambiente neobis


coche eléctrico en tu empresa

Coche eléctrico en tu empresa, una manera de reducir nuestro impacto ambiental

Desde hace tiempo se habla de que el coche eléctrico ha venido para quedarse y, parece que ahora sí estamos ante el fin, y no solo porque Elon Musk, el creador de Paypal y promotor de la misión a Marte lo haya tomado como reto personal con su marca Tesla Motors, ni porque BMW anuncie que en breve sus modelos podrán recorrer 600km con una carga, ni porque una marca clásica de hiperdeportivos de lujo como Aston Martin haya anunciado recientemente su primer modelo eléctrico, si no porque en las altas esferas ya se ha decidido que va a ser así.

Reino Unido ha desarrollado un plan de impulsión para que en 2040 todos los coches nuevos que se vendan en las islas sean eléctricos. Mientras, en Noruega, un país en el que muchos de sus ingresos son procedentes del petróleo, prohibirá la venta de coches diesel y gasolina en 2025. Por su parte, la Unión Europea prepara una directiva en la que se requerirá que a partir de 2019 todas las nuevas viviendas incorporen puntos de recarga.

Podemos verlo como algo aterrador, o como una oportunidad, y en el segundo caso aprovecharla para reducir el impacto ambiental de nuestra compañía, en concreto, reducir las emisiones directas de CO2 asociadas a los vehículos utilizados en nuestros negocios. Dentro del sector no es común, salvo en las empresas más grandes, disponer de flotas de reparto, pero sí lo es visitar clientes para desarrollar labores comerciales, y en muchos casos esas visitas se realizan con berlinas de representación que si bien dan buena imagen, en la mayor parte de los casos distan mucho de ser vehículos “eficientes” para lidiar con el tráfico de unas ciudades cada vez más congestionadas y contaminadas que de forma cada vez más habitual restringe el acceso a los vehículos convencionales a su almendra central cuando se disparan las emisiones .

En otros casos se utilizan furgonetas propiedad de la empresa para entregar los trabajos más pequeños y de paso, visitar al cliente. A priori, reemplazar un coche diesel o gasolina por un coche eléctrico puede parecer algo disparatado en un momento en  el  que encontrar un punto de recarga en las ciudades españolas no es tarea fácil.

El coche eléctrico para los comerciales de tu empresa

Sin embargo, esto no ha echado para atrás a algunas marcas de logística, que saben bien lo que es trabajar dentro del atasco, como por ejemplo SEUR, que incorpora ya en su flota más de una veintena de coches 100% eléctricos para sus entregas en los núcleos urbanos de Madrid y Barcelona. O a algunos proveedores del sector, como RICOH, que ya llevan un tiempo utilizando coche eléctrico a pequeña escala.

Si bien es cierto que utilizar un coche eléctrico a nivel personal aún es complejo si uno vive en un piso y no dispone de un punto de recarga cercano, esto es más fácil para las empresas, que suelen disponer de parking privados en los que instalar puntos de recarga no es un engorro, una medida que a su vez, podría hacer que algún miembro de la plantilla se animase a dar el salto a al coche eléctrico, reduciendo en este caso las emisiones indirectas asociadas al desplazamiento de los empleados.

Decidirse por la movilidad eléctrica puede ser una buena idea para mejorar la imagen y avalar nuestra apuesta por la “impresión verde”, y es de especial interés para las empresas certificadas en medioambiente, que con la llegada de la nueva ISO 14001:2015 tienen que afrontar nuevos retos, como satisfacer a las partes interesadas y analizar las oportunidades de mejora a nivel medioambiental.


gestión energética

Sistemas de Gestión Energética en 20 empresas gráficas españolas

La eficiencia energética ha venido adquiriendo últimamente un papel cada vez más importante en España. El incremento de la factura energética y la alta competencia en el sector, hace que la gestión energética sea una de las inversiones más seguras mediante el diseño y aplicación de medidas de reducción en las empresas gráficas españolas.

Por nuestra experiencia, la mayoría de los emprendedores no valoran inicialmente la idea de desarrollar un plan de reducción energética en su empresa. En su opinión supone tiempo valioso y dinero para unos resultados inseguros. Actualmente se tiene mayor consciencia. Trabajar en la reducción energética es sinónimo de trabajar con los empleados en mejorar la situación de la compañía.

Se ha demostrado que la implantación de Sistemas de Gestión Energética produce, al menos, entre un 10% y un 20% de ahorros en los costes energéticos anuales de las empresas industriales.

EMSPI, el proyecto europeo de gestión energética en el sector gráfico

El Proyecto Europeo “EMSPI - Energy Management Standardization in Printing Industry” co-financiado por la Unión Europea mediante el programa "Intelligent Energy Europe", ofreció a las empresas gráficas españolas la oportunidad de implantar un Sistema de Gestión Energética adaptado a sus especificidades sectoriales.

FACTOR, empresa especializada en eficiencia energética, participa en el proyecto EMSPI como responsable de apoyar a las empresas gráficas españolas en la implantación. El equipo de consultores de FACTOR ha ofrecido apoyo a las empresas a lo largo del proceso de implantación del Sistema, adaptando los materiales y herramientas desarrollados por expertos europeos a las características específicas de cada empresa.

Como resultado de la implantación, las empresas gráficas son capaces de:

  • Utilizar herramientas simplificadas para medir y controlar los consumos energéticos.
  • Identificar las principales posibilidades de reducción de consumos energéticos.
  • Controlar continuamente las acciones realizadas para reducir los consumos energéticos.

Además, los Sistemas de Gestión Energética (SGEn) implantados siguen los requisitos de la Norma ISO 50001, “Sistemas de gestión de la energía. Requisitos con orientación para su uso”, lo que permitiría la certificación de aquellas empresas que lo deseen, a la conclusión del servicio de FACTOR.

20 empresas gráficas ya participan en el Proyecto de Gestión Energética

Un total de 20 empresas ya ha desarrollado un análisis de sus fuentes y consumos energéticos, lo que les ha permitido diseñar una serie de medidas para reducir su consumo energético. Con el fin de estandarizar y de continuar con el plan energético, han finalizado a su vez de implementar el Sistema de Gestión Energética basado en el estándar ISO 50001.

Las 20 compañías españolas han reducido el principal KPI del Proyecto (GJ energéticos totales / toneladas de papel consumidas) de 1,3 a 1,1 desde 2013. Como consecuencia, han reducido considerablemente sus emisiones de CO2e por consumo de papel, electricidad y tratamiento de residuos (893 tCO2e), incorporando medidas de iluminación, aislamiento, y máquinas eficientes, entre otras. Sin embargo, las compañías se encuentran en proceso de desarrollar un nuevo paquete de medidas con el fin de reducir el consumo durante los próximos años.

Autor: Luis Galiana, Consultor experto en eficiencia energética


gestión energética

Sistemas de Gestión Energética en 20 empresas gráficas españolas

La eficiencia energética ha venido adquiriendo últimamente un papel cada vez más importante en España. El incremento de la factura energética y la alta competencia en el sector, hace que la gestión energética sea una de las inversiones más seguras mediante el diseño y aplicación de medidas de reducción en las empresas gráficas españolas.

Por nuestra experiencia, la mayoría de los emprendedores no valoran inicialmente la idea de desarrollar un plan de reducción energética en su empresa. En su opinión supone tiempo valioso y dinero para unos resultados inseguros. Actualmente se tiene mayor consciencia. Trabajar en la reducción energética es sinónimo de trabajar con los empleados en mejorar la situación de la compañía.

Se ha demostrado que la implantación de Sistemas de Gestión Energética produce, al menos, entre un 10% y un 20% de ahorros en los costes energéticos anuales de las empresas industriales.

EMSPI, el proyecto europeo de gestión energética en el sector gráfico

El Proyecto Europeo “EMSPI - Energy Management Standardization in Printing Industry” co-financiado por la Unión Europea mediante el programa "Intelligent Energy Europe", ofreció a las empresas gráficas españolas la oportunidad de implantar un Sistema de Gestión Energética adaptado a sus especificidades sectoriales.

FACTOR, empresa especializada en eficiencia energética, participa en el proyecto EMSPI como responsable de apoyar a las empresas gráficas españolas en la implantación. El equipo de consultores de FACTOR ha ofrecido apoyo a las empresas a lo largo del proceso de implantación del Sistema, adaptando los materiales y herramientas desarrollados por expertos europeos a las características específicas de cada empresa.

Como resultado de la implantación, las empresas gráficas son capaces de:

  • Utilizar herramientas simplificadas para medir y controlar los consumos energéticos.
  • Identificar las principales posibilidades de reducción de consumos energéticos.
  • Controlar continuamente las acciones realizadas para reducir los consumos energéticos.

Además, los Sistemas de Gestión Energética (SGEn) implantados siguen los requisitos de la Norma ISO 50001, “Sistemas de gestión de la energía. Requisitos con orientación para su uso”, lo que permitiría la certificación de aquellas empresas que lo deseen, a la conclusión del servicio de FACTOR.

20 empresas gráficas ya participan en el Proyecto de Gestión Energética

Un total de 20 empresas ya ha desarrollado un análisis de sus fuentes y consumos energéticos, lo que les ha permitido diseñar una serie de medidas para reducir su consumo energético. Con el fin de estandarizar y de continuar con el plan energético, han finalizado a su vez de implementar el Sistema de Gestión Energética basado en el estándar ISO 50001.

Las 20 compañías españolas han reducido el principal KPI del Proyecto (GJ energéticos totales / toneladas de papel consumidas) de 1,3 a 1,1 desde 2013. Como consecuencia, han reducido considerablemente sus emisiones de CO2e por consumo de papel, electricidad y tratamiento de residuos (893 tCO2e), incorporando medidas de iluminación, aislamiento, y máquinas eficientes, entre otras. Sin embargo, las compañías se encuentran en proceso de desarrollar un nuevo paquete de medidas con el fin de reducir el consumo durante los próximos años.

Autor: Luis Galiana, Consultor experto en eficiencia energética


ecoetiqueta

Ecoetiqueta e impresión

Cada vez son más los productos que portan su propia ecoetiqueta, y cada vez son más los impresores que deben enfrentarse a clientes que demandan sus productos gráficos incluyendo dichas etiquetas.

Algunas etiquetas o logos pueden ser utilizados sin requisito alguno, como el “Moebius” asociado al reciclado, pero otros requieren licencias, certificados o aprobaciones específicas, pudiendo esto ser un problema para la imprenta si el cliente o el diseñador no conoce los requisitos de estas marcas y los usa sin tener en cuenta estas limitaciones.

La primera ecoetiqueta y la más conocida por los impresores al estar directamente relacionada con el producto gráfico es FSC®. El Forest Stewardship Council A.C. (FSC) busca promover una gestión forestal ambientalmente apropiada, socialmente beneficiosa y económicamente viable de los bosques del mundo. Con la idea de crear un sistema de certificación a escala mundial, la Asamblea Fundadora del FSC se llevó a cabo en Toronto, Canadá en 1993. El logo de FSC debe ser utilizado siempre con licencia asociada a un certificado en vigor, que identifica a la imprenta, editor o fabricante del producto y requiere una autorización previa a su uso por parte de una entidad de certificación.

La segunda ecoetiqueta de la que hablaremos y que también está directamente relacionada con la impresión es PEFC. De forma similar a la anterior su objetivo es asegurar que los bosques del mundo sean gestionados de forma responsable, y que su multitud de funciones estén protegidas para generaciones presentes y futuras. Para ello cuenta con la colaboración de propietarios y empresas del sector forestal, que apostando por la certificación de sus bosques e industrias, están asegurando la sostenibilidad del sector. Su logo requiere también una licencia asociada a un certificado, pero siempre y cuando se respeten las normas de uso no se requiere la autorización del uso por parte de una entidad de certificación.

Otra ecoetiqueta relacionada con el producto gráfico y con el papel es la Ecoetiqueta Europea “Ecolabel.  Creada en el año 1992, la Etiqueta Ecológica Europea constituye una  parte importante de la política comunitaria de instrumentos voluntarios  de ayuda a las empresas y a los  consumidores para mejorar su actuación ambiental. El objetivo es promover productos que pueden reducir los efectos ambientales adversos, en comparación con otros productos de su misma categoría, contribuyendo así a un uso eficaz de los recursos y a un elevado nivel de  protección del medio ambiente. Su uso es restringido a grupos de producto específicos entre los que se encuentra el papel impreso. Su uso es restringido a aquellos productos a los que se le ha concedido dicha etiqueta, debe portar un numero de licencia y está protegida por la legislación europea.

Existen otras etiquetas que sin estar directamente relacionadas con el producto gráfico empiezan a ser bastante comunes en los embalajes, catálogos o memorias medioambientales de las empresas asociadas a la fabricación y distribución de alimentos:

La primera es una etiqueta asociada al uso de productos derivados de la palma, RSPO Roundtable on Sustainable Palm Oil (Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible). RSPO fue fundada en 2004 como respuesta a la imagen negativa que la industria de aceite de palma estaba generando por sus impactos sociales y medioambientales. Al igual que FSC fue creada por un conjunto de partes interesadas como productores, sociedad civil, gobiernos y compradores. Para usar su logo se requiere disponer de una licencia emitida por RSPO al producto de palma o productos derivados, pero no demanda aprobaciones específicas.

La segunda es UTZ, una etiqueta que permite a los productores de café, cacao y té demostrar que operan de manera responsable, conforme a estrictos estándares sociales y medioambientales. UTZ fue creada en 2002 originalmente como UTZ Kapeh, que significa 'buen café' en el idioma Maya, el Quiché. Fue fundado por Nick Bocklandt, un cultivador de café belga de Guatemala, y Ward de Groote, un tostador de café holandés, con el objetivo de implementar la sostenibilidad a gran escala en el mercado mundial. El uso de su etiqueta tanto en embalajes como a nivel promocional requiere de una aprobación directa de la organización.


boina naranja ciudades

Impresión y la boina naranja de las ciudades

Últimamente se ha oído y leído mucho sobre los episodios de alta contaminación normalmente asociados a las comúnmente llamadas boina naranja o “setas” que se forman en las grandes ciudades. Son especialmente famosos los ocurridos durante 2016 en el núcleo urbano de la Comunidad de Madrid, y casi lo es más el protocolo anticontaminación que se activa para minimizar sus efectos, algo nuevo para los madrileños, pero ya conocido en otras ciudades europeas como Milán,  Londres o Lyon.

Pero… ¿Tiene algo que ver la impresión con la contaminación atmosférica? ¿Y con la boina naranja? Podríamos decir que sí, pero de una forma indirecta.

La boina naranja está formada en gran parte por Óxidos de nitrógeno, NOx, que llegan a la atmosfera principalmente desde los tubos de escape de los motores diésel. En 2013, en España, un 37% de los Óxidos de nitrógeno se asociaban con el transporte por carretera, seguidos por la producción de energía y los procesos industriales con un 20% y un 18% respectivamente.

Los Óxidos de nitrógeno, una vez liberados al aire (en gran parte por los procesos de combustión),  forman, a través de reacciones fotoquímicas, contaminantes secundarios, como el PAN o nitrato de peroxiacetilo y el ozono ambiental o el O3, ambos tóxicos, y que constituyen el esmog fotoquímico, o “boina” de color marrón-anaranjado.

Los procesos de impresión convencional no requieren de equipos que generen la emisión directa de NOx, salvo en algunos casos, en los que se dispone de incineradores para tratar los gases de proceso, como por ejemplo, en el Offset Heatset, o de calderas de potencia considerable, ya sea para calefacción o procesos de secado o atemperado.

Sin embargo, los procesos de impresión sí llevan asociada la emisión de compuestos orgánicos volátiles, conocidos como COV. Los COV se emiten a la atmósfera cuando hacemos uso de productos como el Alcohol isopropílico, los limpiadores de cauchos y mantillas, las piletas de lavado de rodillos con limpiadores orgánicos, e incluso tintas en base disolvente orgánico que requieren de la evaporación del disolvente para fijarse al sustrato de impresión.

Los COV, una vez en la atmosfera, reaccionan con compuestos químicos como el radical hidroxilo (OH), presentes en la atmosfera, dando lugar a través de complejas reacciones químicas a la formación de Ozono (O3) y otros integrantes del esmog fotoquímico.

Está en nuestra mano minimizar u optimizar el uso de este tipo de productos, ya sea sustituyéndolos por alternativas en base “no solvente” o reduciendo su consumo, con lo que conseguiríamos reducir uno de los impactos ambientales más importantes de la impresión, y de forma secundaria, contribuir a mejorar el aire de nuestras ciudades.

Autor: Sergio Ródenas, colaborador Asesoría Medioambiente neobis